jueves, 22 de julio de 2010

Cine de terror...

He jurado que no vuelvo al cine una tarde de domingo. Hace años que decidí que para esa actividad mejores eran las de los lunes, martes ... , pero hace unos días caí como un tonto. El centro comercial hasta arriba de gente, yo incluido, que previamente, y a la pregunta de : “Qué hacemo esta tarde Mari, o Józe…??, se responden : ¿ Vamo ar cine Józe, o Mari…?? .

Lo tengo claro, pura inercia de domingo por la tarde, echen lo que echen.


En estado parecido a Hiroshima después de la bomba, atraviesas el gentío, niños que embisten a la vez que berrean, padres apoltronados entre restos de Big macs, para finalmente llegar a las taquillas en donde se puede sentir la auténtica pulsión social. Con cierto pánico observo el espectáculo de la madre naturaleza en forma de ser humano haciendo cola. Siempre me llaman la atención esos individuos/as que interrogan a la taquillera para saber qué pelis ponen, si sale tal o cual, o si es de amores o matanzas…. en definitiva, agilizando el tránsito.


Ya dentro, la tarea logística es compleja. Según asciendo por la escalera, atisbo el entorno a bote pronto, y estudio el perfil neurosocial. Me curo en salud y tomo asiento guardando siempre una distancia de seguridad directamente proporcional al nivel del cenutrio más cercano. No obstante, la ubicación definitiva puede ser modificada en tanto a nuevas incorporaciones.


Apoltronado ya, observo con inquietud e incertidumbre lo que se mueve y evoluciona por las escaleras. Algunas veces, las menos, gente discreta, por lo menos aparentemente, o en contraposición, mayoría de palomitófagos pantalicortos enchancletaos, piercings y tattoos en ristre, todos pertrechados con bidones de pienso vocinglero e interminable, cuando no son, macnachos, megaburgerspizzas, bigbocatas… y que prometen seguro un bonito espectáculo alternativo.

Yo, me conformo, y por aquello de que me gustan las chuches, con algunas, cuya ingesta sea silenciosa.


Comenzada la película, en este caso una de no masas, siendo el público mayoritariamente adulto, me sentí a salvo de interferencias en la sesión. ¡¡ Error...!! Estando la sala casi vacía, oteo la llegada de un patrullón que perpetra levantar a medio cine para ponerse justamente a mi lado, por supuesto con palomitastanque todos, los mu hijoputas.

La pareja de delante, él, cabrón donde los haya, engullía un paquete de chetos, de uno en uno, con el consiguiente escándalo producido por la bolsa cada vez que introducía su zarpa, mientras ella, espontánea en su verbo, hacía todo tipo de comentarios estúpidos e improcedentes , todos en voz alta. Hala, como si estuvieran en su puta casa.


Durante la proyección, y según el momento, podría hacerse toda una tesis sobre reacciones del público. Es como mínimo chocante ser testigo y padecer risotadas estentóreas ante escenas carentes de gracia alguna, o que requerirían un respetuoso silencio.

Viene a colación aquello de “Por sus aplausos los conoceréis” , o lo que es lo mismo, “Dime de qué te ríes y te diré cuan imbécil eres.”


Resumen, lo dicho, en domingo, la última vez.





domingo, 23 de mayo de 2010

Borregón.

Vivimos un momento en el que pasito a pasito vemos avanzar prácticas o tendencias que, como apisonadoras sin conductor, van arrasando e instalándose presto y con naturalidad sobre este tiempo que vivimos. Todo consentido por una mayoría adocenadita que traga lo que le echen.

Para qué voy a darle más vueltas, el tema que me ocupa se llama: BOTELLÓN.

No hay noticia de corte político relacionada con la juventud actual ,entre los trece y los treinta y largos...., en la que no se haga loa autocomplaciente de la denominada "generación mejor formada..." y por lo que se deduce, con sentido común rebosante en directa proporcionalidad.

Digo como con los toros: Y una mierda.

Nunca me fueron las actividades sociales al unísono y en manada, si en algún momento fui partícipe, en seguida emprendí el desmarque, pero ahora, cuando veo de lejos o en la tele, esas imaginativas y sensibles aglomeraciones de jóvenes y jóvenas - de variopintas cunas o corrales provenientes - socializando a ritmo de politono-chunda e ingiriendo pienso bebible, cómo lo diría... experimento una sensación entre lo anti-Sthendal, el deseo de agarrar un Kalashnikov, o en su defecto, arroje de Bomba de Implosión en medio de la plaza o descampao.

Que nadie se equivoque, que cada cual haga con su hígado lo que le dé la gana, por mí como si de coma etílico revientan, allá ellos, pero, de todo esto, lo que más toca las narices, es la complicidad hipócrita, timorata y desvergonzada de las "autoridades" de mierda ,que con su consentimiento cobarde, habilitando áreas ex-profeso para la realización de tal actividad, propician el consumo de alcohol por un lado, y por otro, convierten zonas urbanas en estercoleros, cuya limpieza, más todo lo incívico que de ello se deriva, lo pagamos todos.

En este país , en donde ahora , y de la manita de PAPÁ-USA, se persigue, acorrala y derriba a los fumadores , con el alcohol , NO PROBLEM , y lo peor de todo, insisto, es el mojigato acojono de los políticos de pacotilla que tenemos - y nos merecemos - que cogidos literalmente por los huevos de las urnas , se pliegan a imposiciones de nenes, o de cualquier asociación tipo: " Pro-derecho a mear en los portales o donde me salga del chichi ".


Discursitos proponiendo códigos de socialización tipo: "Beba Fanta de naranja, o de limón...", "Lea, aunque sea instrucciones de batidoras " o " Diviértase cuanto quiera, pero no joda " ( al colectivo, se entiende), han caído en la fosa de lo arcaico y superado, pero de alguna manera ha de patalear uno ante esta animalizada y pueril morralla que nos devora.

A mí, al menos.