Sí, embriagada mi básica y anquilosada mente por esos semidioses del momento, qué digo semidioses, las más megas y rutilantes estrellas del firmamento, que se quiten futbolistas lookmacarra , concejales de urbanismo, televisivaspornoactrices , ministras del gobierno, natos asesinos de masas, Premios Príncipe de…, porteros de discotecas…que se quiten todos, ha llegado la era del más sublime y excelso personaje del panorama actual, EL COCINERO, qué digo cocinero, perdón, “EL AUTÉNTICO HACEDOR.
He pateado países remotos, conocido a artistas representantes del gafapastismo ilustrado, seducido a bellas e implacables mujeres, pero nada… nada comparable a la emoción de estar sentado frente a lo último en opus comestible minimalísticamente servido en megaplatoguay ,of course.
Qué grandes e irrepetibles momentos… Carrillada de topillo desestructurado en salsa de chichinabo amedrentado, Laminas de esturión previamente apaleado al fino aroma de merluzo del Cantábrico Norte, y qué me dicen del exquisito Pulpo peleón reducido a base de palos, todos ellos confitados…
Siempre, será servido por asistente de sala, del tipo camarero, con mirada reptiloide aderezada del requerido, clásico y sutil desprecio al desgraciao sentao en la obligada silla de diseño alternativo.
No olvidar al factor mediático, siempre en full sintonía y connivencia, dispuesto a loar sin límite la última hazaña con hidrógeno macerado mínimo dos días.
Mención especial a ese público consumidor asistente, en forma de comensal ovino, ávidos de que se las den todas, emulsionadas o deconstruidas, siempre entusiastas de la última ocurrencia de “Carlas” en su mundo de fisión crítica entre el nabo almibarado y el palo que te crió.
Qué grandes e irrepetibles momentos… Carrillada de topillo desestructurado en salsa de chichinabo amedrentado, Laminas de esturión previamente apaleado al fino aroma de merluzo del Cantábrico Norte, y qué me dicen del exquisito Pulpo peleón reducido a base de palos, todos ellos confitados…
Siempre, será servido por asistente de sala, del tipo camarero, con mirada reptiloide aderezada del requerido, clásico y sutil desprecio al desgraciao sentao en la obligada silla de diseño alternativo.
No olvidar al factor mediático, siempre en full sintonía y connivencia, dispuesto a loar sin límite la última hazaña con hidrógeno macerado mínimo dos días.
Mención especial a ese público consumidor asistente, en forma de comensal ovino, ávidos de que se las den todas, emulsionadas o deconstruidas, siempre entusiastas de la última ocurrencia de “Carlas” en su mundo de fisión crítica entre el nabo almibarado y el palo que te crió.
!! Ignorante y pringao engullidor de garbanzos sin tratamiento previo al oxígeno sodomizado, acude raudo a esos templos de la creación actual, déjate abducir, no te resistas…!!
O mejor, que ellos lo deconstruyan o lo guisen,y que ellos lo degusten o se lo traguen.
O mejor, que ellos lo deconstruyan o lo guisen,y que ellos lo degusten o se lo traguen.