El pasado día 22 de junio de 2009 en el Salón de Actos del Conservatorio Profesional de Música “Manuel Carra” de Málaga, inauguré mi última obra, en este caso de grandes proporciones, y que decorará de manera permanente el escenario del citado salón.
El propósito inicial de este proyecto era cubrir los paneles móviles de policarbonato que configuraban el escenario, con algún material que imposibilitase los molestos reflejos producidos, así como las antiestéticas transparencias.
Con el propósito de ensalzar estos paneles y no sólo cubrirlos para resolver problemas técnicos, sobre la marcha, imagino que quizás podría aportar alguna solución artística que redondease el proyecto.
Dadas las grandes proporciones de la superficie, seis paneles de 5,10 m. x 2,54 m. , imagino, obvio, que lo que hiciese habría de ser “muy grande”.
Relación con lo musical…? Por supuesto. Algo no excesivo, concepto simple, esquemático…?? Obligado.
Surge la idea de las efigies de músicos, inspiradas en algunas pequeñas esculturas que desde hace décadas están en mi casa y otras que recopilo con ayuda de compañeros del departamento.
Consigo versiones de Bach, Beethoven, Chopin, Albéniz , Falla y Mozart.
Hago dibujos a tamaño folio que traduzco posteriormente a mi propio lenguaje ,con un tratamiento similar a una antigua serie de creaciones mías tituladas “Arabescos” .
Calculo proporciones – casi a ojo – mido y mido el escenario, siempre pensando que el resultado final era casi impredecible. Un cuadro en mi estudio, lo miro y remiro, lo mido, lo intuyo, etc… algo de estas proporciones, se me escapa.
Finalmente, todo se traduce a lenguaje informático.
Se realizará en vinilo adherido a los paneles.
El Conservatorio, ante la presentación de mi proyecto, se lo piensa. Lo técnico han de sufragarlo ellos ; yo, dono mi trabajo.
Finalmente se aprueba y todo se pone en marcha.
Los días 18 y 19 de junio, Julio y su hermano Álvaro, de la empresa responsable, lo montan. Doce horas de trabajo, siempre en mi presencia.
La obra se titula “Estamos, sentimos…”
La firmaría al pie de uno de los paneles, con vinilo adherido también, pero la impresión gráfica de las medidas de la firma resultan equivocadas. Ésto me viene bien ya que en el intervalo de tiempo en el que hacen el nuevo rótulo, pienso -en la playa tomando el sol - el texto que pensaba escribir para el acto de la presentación de la obra y veo que finalmente es más corto y redondo que el que intuía en un principio.
El texto final, por su concepto y proporciones, lo veo absolutamente idóneo para imprimirlo en el panel. Y así lo hicimos.
Genial finalmente pues el texto es inherente a la obra, la razona, la explica, y la completa.
El propósito inicial de este proyecto era cubrir los paneles móviles de policarbonato que configuraban el escenario, con algún material que imposibilitase los molestos reflejos producidos, así como las antiestéticas transparencias.
Con el propósito de ensalzar estos paneles y no sólo cubrirlos para resolver problemas técnicos, sobre la marcha, imagino que quizás podría aportar alguna solución artística que redondease el proyecto.
Dadas las grandes proporciones de la superficie, seis paneles de 5,10 m. x 2,54 m. , imagino, obvio, que lo que hiciese habría de ser “muy grande”.
Relación con lo musical…? Por supuesto. Algo no excesivo, concepto simple, esquemático…?? Obligado.
Surge la idea de las efigies de músicos, inspiradas en algunas pequeñas esculturas que desde hace décadas están en mi casa y otras que recopilo con ayuda de compañeros del departamento.
Consigo versiones de Bach, Beethoven, Chopin, Albéniz , Falla y Mozart.
Hago dibujos a tamaño folio que traduzco posteriormente a mi propio lenguaje ,con un tratamiento similar a una antigua serie de creaciones mías tituladas “Arabescos” .
Calculo proporciones – casi a ojo – mido y mido el escenario, siempre pensando que el resultado final era casi impredecible. Un cuadro en mi estudio, lo miro y remiro, lo mido, lo intuyo, etc… algo de estas proporciones, se me escapa.
Finalmente, todo se traduce a lenguaje informático.
Se realizará en vinilo adherido a los paneles.
El Conservatorio, ante la presentación de mi proyecto, se lo piensa. Lo técnico han de sufragarlo ellos ; yo, dono mi trabajo.
Finalmente se aprueba y todo se pone en marcha.
Los días 18 y 19 de junio, Julio y su hermano Álvaro, de la empresa responsable, lo montan. Doce horas de trabajo, siempre en mi presencia.
La obra se titula “Estamos, sentimos…”
La firmaría al pie de uno de los paneles, con vinilo adherido también, pero la impresión gráfica de las medidas de la firma resultan equivocadas. Ésto me viene bien ya que en el intervalo de tiempo en el que hacen el nuevo rótulo, pienso -en la playa tomando el sol - el texto que pensaba escribir para el acto de la presentación de la obra y veo que finalmente es más corto y redondo que el que intuía en un principio.
El texto final, por su concepto y proporciones, lo veo absolutamente idóneo para imprimirlo en el panel. Y así lo hicimos.
Genial finalmente pues el texto es inherente a la obra, la razona, la explica, y la completa.
El lunes 22 a primera hora, la obra queda terminada.
Por la tarde y después de la entrega de premios de la “ VIII Edición del Concurso de Piano” que mi Departamento organiza todos los años, tiene lugar el acto en el que se presenta la composición.
He querido hacer un homenaje a los músicos representados, a todo aquel que asista a esa sala, y por tanto sea partícipe del hecho musical, y por último a todas las personas que hacen de la música su forma de vida.
¡¡Bienvenido a la blogosfera!! Te deseo que este sea el inicio de un viaje enriquecedor y divertido.
ResponderEliminarPara ser que se escapaban las proporciones... el resultado final es simplemente, IMPRESIONANTE
ResponderEliminarDe una delicadeza y esquisitez casi absolutas