Revisitando una de mis películas favoritas, Mogambo (John Ford 1953), forzoso , de justicia y con gusto comentar , la calidad y cualidades de un cine que se hizo durante una época y que mucho lamento, nunca vuelva a repetirse.
Detalles a decenas en donde la inteligencia brilla en forma de sutil o gran ironía, microdiálogos exultantes de ingenio y humor nunca perecedero, ya no hablar de interpretaciones marcadas por personalidades arrolladoras, sensibilidades a flor de piel… Grace Kelly despojada de ese pañuelo casi con violencia por el señor Gable… me parece la escena más erótica jamás filmada, en definitiva, la exquisitez en arte mayor.
Por aquello del pisuerguismo, me lanzo a hablar, porque no tengo más remedio, vamos, que me lo pide el cuerpo, sobre el cine contrahecho mayoritariamente aquí, en este país.
En ocasiones y ante mi insistencia en la asistencia a producciones patrias, era punto de mira de gente que con comentarios cargados de una especie de velada conmiseración - gente que por cierto asistía al cine de manera lustral - despreciaban cualquier título español por aquello del carpetovetonismo y del pretendido autolustre basamentado en el desprecio.
Como decía, mi insistencia estaba argumentada en dos razones: han sido muchos los títulos producidos aquí que se elevan a la categoría máxima, y aún, aunque cuentagotizadamente, aparecen obras de indudable valor.
Dicho ésto, y ya visto lo visto, dimito ; o mejor dicho, “el talento cinematográfico patrio” ,me dimite.
No puedo dejar de gritar a todos los vientos que existan, hasta qué punto me he rebotado cuando he optado por la contemplación (martirios autoinfringidos, eso sí..) de óperas primastontasdelculo, firmadas por esos entes cuasiomniscientes disfrazados de artistas y artistos alternativos, y que a la voz de ya con subsidio, nos obsequian con la última cagada mental, pergeñada por la sobrante materia gris oscura de sus privilegiados y dicharacheros cerebros, y aptas, eso sí, para la morralla pululante habitual.
No hay película española que se precie en donde, aparte de la todavía no suficientemente tratada temática guerracivilista - justa y necesaria inquietud, pero todo tiene un límite - o en su defecto, comedia desternillante, aparezcan todos y cada uno de los tópicos remanidos que nos ha hecho, al cine español me refiero, ser reconocidos a nivel víalacteal….
Esas actrices, actores, descendientes directas de la Davis, la Garbo, del señor Olivier… formados/as donde los haya, rezumantes de gracia , elegancia ,verbo irreprochable, y que, si son ellas, a la primera de cambio, aparecen en pelota picá, porque para llegar a ser alguien en este mundo cinematográfico español, sepan ustedes, tienes que pasar por ese rito iniciático, novedoso donde los haya - y ellas , dispuestísimas - porque todavía se cree, que eso vende en un país en donde, y a estas alturas, ya estamos de vuelta de casi todo, y como mínimo, de tías en bolas.
No se me malinterprete, si tiene que salir alguien en cueros, que salga, o haciendo el pinopuente si hace falta, que para lo de la política corrección de mierda ya están los americanos de los…. me refiero a la vergüenza que produce, a mí al menos, el constatar que hasta los más grandes hacen un uso sistemático, con vulgar calzador ,de este nuncavisto recurso, llegándose a producir alguna obra, estoy convencido, en donde el máximo mérito y reclamo , es la muestra de las carnes de la menganita de turnomoda, por supuesto, con el consiguiente regocijo del calentito público que entra al trapo.
Para que no sea todo carnaza, ya no hablar de esos guiones en donde el “humor” que se rezuma es heredero directo del vergonzante chiste básico ,vulgar, casposo, o sencillamente, para anormales con recursos, heredado de otros tiempos tan denostados por los tíos/as buen rollito del momento presente.
En fin, como diría la Lola de España, ”el arte es pa cuatro”, y no sería justo si no hiciese mención a profesionales de este ámbito, de sobrada e incuestionable talla, que en producciones más que dignas, al menos, ponen el contrapunto a lo dicho.
Detalles a decenas en donde la inteligencia brilla en forma de sutil o gran ironía, microdiálogos exultantes de ingenio y humor nunca perecedero, ya no hablar de interpretaciones marcadas por personalidades arrolladoras, sensibilidades a flor de piel… Grace Kelly despojada de ese pañuelo casi con violencia por el señor Gable… me parece la escena más erótica jamás filmada, en definitiva, la exquisitez en arte mayor.
Por aquello del pisuerguismo, me lanzo a hablar, porque no tengo más remedio, vamos, que me lo pide el cuerpo, sobre el cine contrahecho mayoritariamente aquí, en este país.
En ocasiones y ante mi insistencia en la asistencia a producciones patrias, era punto de mira de gente que con comentarios cargados de una especie de velada conmiseración - gente que por cierto asistía al cine de manera lustral - despreciaban cualquier título español por aquello del carpetovetonismo y del pretendido autolustre basamentado en el desprecio.
Como decía, mi insistencia estaba argumentada en dos razones: han sido muchos los títulos producidos aquí que se elevan a la categoría máxima, y aún, aunque cuentagotizadamente, aparecen obras de indudable valor.
Dicho ésto, y ya visto lo visto, dimito ; o mejor dicho, “el talento cinematográfico patrio” ,me dimite.
No puedo dejar de gritar a todos los vientos que existan, hasta qué punto me he rebotado cuando he optado por la contemplación (martirios autoinfringidos, eso sí..) de óperas primastontasdelculo, firmadas por esos entes cuasiomniscientes disfrazados de artistas y artistos alternativos, y que a la voz de ya con subsidio, nos obsequian con la última cagada mental, pergeñada por la sobrante materia gris oscura de sus privilegiados y dicharacheros cerebros, y aptas, eso sí, para la morralla pululante habitual.
No hay película española que se precie en donde, aparte de la todavía no suficientemente tratada temática guerracivilista - justa y necesaria inquietud, pero todo tiene un límite - o en su defecto, comedia desternillante, aparezcan todos y cada uno de los tópicos remanidos que nos ha hecho, al cine español me refiero, ser reconocidos a nivel víalacteal….
Esas actrices, actores, descendientes directas de la Davis, la Garbo, del señor Olivier… formados/as donde los haya, rezumantes de gracia , elegancia ,verbo irreprochable, y que, si son ellas, a la primera de cambio, aparecen en pelota picá, porque para llegar a ser alguien en este mundo cinematográfico español, sepan ustedes, tienes que pasar por ese rito iniciático, novedoso donde los haya - y ellas , dispuestísimas - porque todavía se cree, que eso vende en un país en donde, y a estas alturas, ya estamos de vuelta de casi todo, y como mínimo, de tías en bolas.
No se me malinterprete, si tiene que salir alguien en cueros, que salga, o haciendo el pinopuente si hace falta, que para lo de la política corrección de mierda ya están los americanos de los…. me refiero a la vergüenza que produce, a mí al menos, el constatar que hasta los más grandes hacen un uso sistemático, con vulgar calzador ,de este nuncavisto recurso, llegándose a producir alguna obra, estoy convencido, en donde el máximo mérito y reclamo , es la muestra de las carnes de la menganita de turnomoda, por supuesto, con el consiguiente regocijo del calentito público que entra al trapo.
Para que no sea todo carnaza, ya no hablar de esos guiones en donde el “humor” que se rezuma es heredero directo del vergonzante chiste básico ,vulgar, casposo, o sencillamente, para anormales con recursos, heredado de otros tiempos tan denostados por los tíos/as buen rollito del momento presente.
En fin, como diría la Lola de España, ”el arte es pa cuatro”, y no sería justo si no hiciese mención a profesionales de este ámbito, de sobrada e incuestionable talla, que en producciones más que dignas, al menos, ponen el contrapunto a lo dicho.
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